miércoles, 2 de noviembre de 2011

¿Qué reflexión aportaría usted en el plano humanista acerca del "concepto estratégico militar de la fuerza armada nacional"?

Por Juan Quintana


La concepción más arraigada en el plano de lo social de las Fuerzas Armadas está orientada a visualizar a quienes forman parte de esta institución, como seres que pertenecen a una exclusiva “Clase Social”, a una elite, a seres excepcionales con una categoría que los aparta de la ciudadanía común.

Son muchos los escritores, políticos y filósofos que desde diversas posturas plantean su posición respecto a los fines para los cuales se justifica la existencia del estamento militar en los Estados. Althusser, en su obra referida a los aparatos ideológicos del Estado resalta la figura represora de este Estado, poseedor del monopolio del uso de una fuerza que le da poder a sí mismo, fuerza que se operacionaliza a través de sus componentes militares.

Martin Luther King, señaló en alguna ocasión que las naciones que invierten más en las armas
que en los programas sociales es una nación que se acerca a su muerte espiritual por otro lado, las posturas ideológicas humanistas nos plantean que el hombre es un ser en contexto humano que vive en relación con otras personas y esto constituye una característica inherente de su naturaleza, siendo entonces los y las efectivos militares humanos, ¿siendo una institución militar, cómo continuar apartados, aislados, ausentes, desprendidos, desconectados de la sociedad a la que pertenecen y de los problemas que aquejan a la misma?, ¿Al servicio de quien estar? Sin dejar de garantizar la independencia, la soberanía nacional y el respeto a los más sublimes principios y valores expresados en el preámbulo de la constitución nacional.

Solo en un Estado democrático SOCIAL de Justicia y Derecho, en la que la fuerza armada está concebida humanísticamente, se puede dar complimiento a lo natural de ese Estado Social que es la garantía de los Derechos Sociales, Económicos y Culturales, es decir los derechos de la colectividad sin minar los Derechos civiles y políticos. En este sentido, la articulación con la población civil es de vital importancia, ello en áreas de tipo social, económico, político con la base de la corresponsabilidad y en la premisa que quienes forman parte de la fuerza armada son también sujetos de Deberes y Derechos, es decir ciudadanos activos de una nación que les requiere protagonismo, desde esta perspectiva entiendo que es que se transforma la concepción militar tradicional existente en nuestra nación.
Según se ha visto, se requiere entonces de un nuevo militar, uno que trascienda la realidad que impone una institución que los aparta de una sociedad a la que estos pertenecen desde su adolescencia y adultes y a la cual regresa solo en su vejez. Se requiere de un militar que, indistintamente de la misión que cumpla en su institución, exhiba competencias, valores que le permitan comprender al otro en su realidad institucional y comunitaria y que contribuya a la transformación de la misma, realidad que quizás es la misma que él vive y desea cambiar permanentemente

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